23 enero 2010

La emigracion y la fotografía

Lo curioso de todo, digo, empezando este pequeño post, es que no pensaba escribir hoy. El día está radiante y la luz entra por las ventanas suevamente. La brisa mueve las flores y acá dentro todo está tranquilo mientras escuchamos jazz. Sí jazz, como si aquí, en este lindo país, no estuviera pasando nada. El cielo azul impacta en los ojos. Oh sí, muy lindo, y ciertamente me cuesta asociar toda esa belleza a mi alrededor con las expropiaciones del presidente y con el racionamiento de luz. Pero así al parecer son las cosas en la Tierra. Más allá de nosotros siempre estará la naturaleza indómita como recordatorio de nuestra brevedad en el mundo.


Con todo esto de la emigración me topé con el blog de Jackie Rueda, como mencioné en el post Joyas de la web, una fotógrafa en Motreal. Sus fotos son inspiradoras y estimulan la imaginación. Yo, fascinada con estas imágenes que me parecen artísticas, terminé inscribiéndome en el curso de fotografía que ella acaba de abrir. Yo estoy encantada. Pero ayer nos tocó el tema de fotografíar la ciudad. Los que vivimos aquí sabemos lo que significa salir con una cámara a las calles de Venezuela. Así que le tuve que pedir a mi esposo que me acompañara (como guardaespaldas) a tomar estas foticos. Fuí a la plaza principal del lugar donde vivo y bueno, me sentí fuera de contexto. ¿Por qué? Porque hoy, mientras yo tomaba mis foticos en la capital se concentraba la gente para marchar una vez más en contra del gobierno. Me dí animos a mi misma de seguir y bueno, me aislé un poco. No es que no quiera a mi país, es que a veces necesitamos un respiro de todos esos aconteceres y hacer como si aquí no pasara nada.




Yo le digo a quien me pregunta qué es lo que busco emigrando, que yo no espero encontrarme con el paraiso en otro lado, pues no existe, pero de seguro sí podré salir con mi cámara sin sentirme amenazada, si podré muy probablemente tardarme menos de dos horas en llegar al trabajo, sí podré tomar el autobus para ir a mi empleo, sí podré salir de mi casa sin tener que ver hacia los lados, sí podré vivir sin que cada vez que me despierte el presidente del país donde viva me haga sentir avergonzada. Y sí, sí que me duele dejar Venezuela, pero al mismo tiempo me emociona conocer cómo es la vida cotideana en otros lados.


No sé qué opinen mis lectores, qué piensan o qué buscan ellos en su emigración, o tal vez no sé si los que emigraron esten felices con su decisión. La mayoría de quienes conozco que se han ido están felices.


Por los momentos seguiré con el cursito y tomando fotos simulando que vivo en un país tranquilo donde se respira paz.

3 comentarios:

Sol dijo...

Hola,
He dado con tu blog casi por casualidad, gracias a un post en el blog de Luisina, donde te nombra.
No sé cómo pinché en "emigracion", o algo así, y dí con esta entrada, lo primero que leo de tu blog.
Y aquí estoy, dejándote un comentario porque me ha emocionado leerte, porque yo dejé mi tierra, mi querida y maltratada Argentina por gobiernos corruptos, mi querida tierra rica a la que dejan a la gente pobre... Y me vine a España, hace ya 10 años...
Te entiendo en muchas cosas, es difícil explicarlo fuera...
Y nada es la panacea, y, en especial, una vez que vives fuera, tu corazón se divide, la nueva tierra tiene cosas que llegas a amar, pero, al menos yo, no dejaré nunca de amar aquello que disfruté en mi infancia... Y aquella comida, aquella vecina, el olor de aquella tienda, las calles estropeadas pero accesibles...
Te deseo lo mejor en tu búsqueda.
Ojalá un día el mundo no tenga frontera, y, ojalá principalmente, que nadie tenga que dejar su tierra por sensaciones como las que cuentas, sino simplemente por una temporada, de paseo, por amor, o por simple deseo.
Un abrazo.

Juan Carlos Partidas dijo...

Hola Alejandra. Es impresionante como me identifico tanto con tu entrada como con el comentario que te hizo Sol.
Tanto es cierto que Esteban es insufrible como lo es lo difícil de establecerse en otro país. Así que el mejor consejo es que el corazón decida cuál es el mejor camino. Suerte sea cual sea la ruta elegida. :)

Alejandra Click dijo...

Hola Sol, gracias por pasar por aqui y dejar tu comentario. Si, entiendo lo que dices, lo de las calles accesibles, lo de la comida, lo de tu lugar en el mundo. Es dificil dejar todo esto. Ya tomada la decision, a veces no veo las cosas tan graves como antes. Creo que al igual que tu, no dejare de amar nunca a mi pais. Aun no sabemos si nos quedaremos fuera o regresaremos. Lo que si es cierto es que me llama la atencion vivir fuera. Ojala poder vivir fuera y regresar a este pais pero encontrandolo mejor. Me duele la pobreza de nuestros paises y siento una gran impotencia porque no puedo hacer mucho por remediarlo.
Y si, Juan Carlos, la decision es dificil de tomar. Gracias tambien pot tu comentario.
En fin, ya veremos como transcurren las cosas.
Bienvenidos a los dos!