01 noviembre 2009

Antes de emigrar: Pajarillo, Pajarillo

Este post creo que será cortico pues tengo sueñito. No quería dejar de pasar el momento para escribir pues hoy reflexioné sobre Venezuela y el deseo de emigrar que tengo. Pensé que sin importar las razones que me motivan a emigrar, siento que estoy haciendo las paces con Venezuela, que me estoy reconciliando con ella. Me enfoco en las cosas buenas y lindas que tiene, en las cosas que hacen que el corazón se me voltee dentro del pecho, en los detalles que hacen que a veces se asome una lagrimita sentimental. Sí, mi patria, este es mis país. Así como lo ves, al derecho y alrevés, aquí nací, aquí crecí, aquí estudié, aquí vivo, aquí trabajo, aquí río aquí lloro.
Hoy tuve que bajar muy temprano a Caracas y el Sol, ese Sol amable y vigoroso de mi pais se proyectaba sobre todas las cosas. El día estaba límpido, esplendido y yo bajaba por la Panamericana viendo la verde flora a mi alrededor. Por casualidad tenía puesta la emisora 99.9 FM y empezó un programa que a mí me gusta mucho: Toro Solo. Lo que me gusta del programa es que ponen música folclórica de todo el mundo. Normalmente hacen énfasis en la música venezolana, pero muchas veces parten a lugares lejanos y sorpresivos del globo. La música es muy variada y puedes escuchar canciones o melodías que difícilmente podrías encontrar al azar. Y mientras yo iba a la capital, mientras El Ávila se abría en el horizonte con su majestuosidad, empezó a sonar una versión de Pajarillo, un joropo venezolano. La lagrimita se asomó. Es tan bella esa melodía, tiene tanta fuerza que siempre me lleva a tiempos lejanos cuando teníamos las clases de folclor en mi colegio, de lo cual hablaré con más detalle en otro post. Lo cierto fue que mientras el Sol abrillantaba todo a mi alrededor y el cielo azul caraqueño se inclinaba sin verguenza sobre Caracas, Pajarillo sonaba en mi radio y quise a Venezuela. No escucho música folclórica normalmente, pero me dejé llevar por ese sentimiento. Al finalizar, sorpresivamente el locutor, Luis Julio Toro, dijo que íbamos a pasar a otros sónidos y empezó a sonar una canción floclórica de Suecia. La voz me hacía recordar los cantos celtas, con los que siento gran conexión y ya no recuerdo desde cuando. Me pareció buena la combinación a mí, que ambos países, Suecia y Venezuela puedan convivir en mi radio y que mi corazoncito se mueva con ambas canciones. Es decir, me gusta aquí pero también allá. Ese deseo por conocer sobre otros países es muy antiguo en mí. Me pregunté: ¿Por qué el tema de emigrar lo tengo que abordar sin sentir amor por mi pais? Nadie me prohíbe sentirlo.

Está ese Sol y están esas lluvías torrenciales, tropicales que golpean los techos, está esa montaña imposible de encontrar en otros lados. Jamás, en las ciudades que conozco, que son muchas, he encontrado alguna con el mismo toque florido. Cada una tiene su magia.
Al mediodía pasé el rato con algunas personas que hablaban de su viaje a La Gran Sabana y una de ellas hasta tenía una franela que le hacía propaganda. Otro chico hablaba con pasión de sus viajes por Venezuela y se refería a los paisajes, los quesos blancos, los dulcitos. Sí, hay cosas bellas aquí.

Hoy pensé, te quiero así Venezuela pero también está ese deseo de conocer, de vivir fuera de tí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen post. Me gusto.

Capt. O'Hara

Alejandra Click dijo...

Capt. Que bueno que te gustó el post. Al parecer todos tenemos esa lagrimita a punto de salir al pensar en nuestro pais. Saludos desde Venezuela...